Rompiendo esquemas.


Bueno, como no me prodigo mucho por aqui, gracias al maravilloso mundo de las redes sociales, se me ha ocurrido que contar mi última locura, es una buena manera de entretener a los millones de lectores de este blog.

Lo que me dio por hacer de últimas fue apuntarse al gimnasio. Con dos cojone. A mi me hace mucha gracia los imbeciles que se creen que todos los que vamos al gimnasio somos unos esclavos de nuestra imagen, y que acudimos alli para observar a las chavalas en el aerobi. Nada mas lejos que Australia.

Hay otros memos que, nos acusan de que si somos todos maricones. ¡Mirad, listillos! Que yo me llevo a las chavalas de calle.

Si un futbolista se entrena cada dia es un gran profesional, y si soy yo quién va al gimnasio soy un vigorexico de mierda.

Abajo los acomplejados, abajo los envidiosos. Basta de cultivar el espíritu. Cultivemos dorsales y gluteos.

1 comentario:

Nielo dijo...

Nunca he pisado un gimnasio ni lo pisaré porque no me gusta. No dispongo de argumento sólido que sustente tal postura pero, ¿y qué?
¿Para qué querría nadie ir al gimnasio a cultivar el cuerpo?
Los gimnasios están llenos de tíos ridículos que se cuidan (cuidarse es malo¡¡¡ es de maricas y acomplejados). Ademas se meten mierda que es mala para el cuerpo, no como yo, que solo soy borracho y farlopero.
Más les valdría dedicarse a cultivar la mente como yo hago:fumando porros,jugando a la play y llevando la razón en todo lo que se habla aunque na más que se hablen tonterías.
¿Y la pamplina esa de los fuertecitos estos comiendo lechuguita?
Que tíos mas idiotas. Todavía no se ha enterado de lo malas que son las lechugas...
El gimnasio es de vigoréxicos y narcisistas,lo que yo te diga...
El único deporte que puede practicar un tío de verdad como yo, es el que practico yo: el deporte de criticar.
Y eso lo digo yo, que soy un intelectual de mente cultivada y abierta que respeta y acepta a todo el mundo tal y como es, excepto claro está, a todos los raros que no son como yo.